martes, 18 de enero de 2011

Hel (mitología nórdica)

Hel es una deidad oscura, es decir, un aspecto oscuro de la Madre Cósmica, como todas las diosas oscuras, representa los aspectos más misteriosos y el poder destructivo de la naturaleza, si bien, como aspecto de la Madre Cósmica, su acción es, fundamentalmente, guiada por el amor a la creación.

Según cuenta el mito, ella es hija de Loki, dios del Caos y de una giganta llamada Angerbroda (grito de angustia), nace junto a sus hermanos el lobo Fenrir y la Serpiente Iormungand. Al ser de sangre de gigantes, representa los poderes destructivos de la naturaleza. Su nombre significa "La que todo lo cubre" y una vez nacida, Odín, padre de los dioses le da dominio sobre el mundo de los muertos, volviéndose señora sobre Helheim (Tierra de los muertos) y Niflheim (Tierra de las nieblas), ambas tierras yermas, donde la vida no prospera.

A Helheim y bajo su dominio, van todos aquellos que han muerto de vejez y enfermedad, mientras que los traidores y ladrones van a Niflheim, donde habita el dragón Nidhogg, quien devora sus cuerpos, es decir, son de Hel aquellos que mueren sin gloria.

Hel regala a Odín dos cuervos y dos lobos, los cuervos, Hugin y Munnin acompañan siempre a Odín, avisándole lo que hallará en su camino, pero también guían las almas hasta el reino de Hel. Los lobos, devoran las ofrendas que se hacen a este dios.

El perro Garm custodia la entrada de Helheim y no permite que nadie que haya entrado ahí salga. Solo un puente sobre el río Gjöll da entrada y es custodiado por la giganta Modgud, contraparte oscura del luminoso Heimdall.

En su faceta materna, se le llama Jodis, madre de los caballos, es una de las grandes disir o espíritus familiares benéficos que encarnan la protección de los antepasados femeninos.

El reino de Hel es sombrío, decadente, ahí es donde lo que en el mundo visible ha brillado se desintegra en la oscuridad, reciclándose, volviendo al seno de la Tierra misma a transformarse.

Hel, como diosa oscura es una de las figuras más interesantes de la mitología nórdica, incluso se dice que las runas son gestadas en su seno, donde Odín las obtiene en su acto de sacrificio.

En el final de los tiempos, el Ragnarok, Hel junto con sus inquilinos se levantarán en armas contra los dioses, en esta apocalíptica visión del fin del proceso, se nos muestra, simbólicamente, como el final de nuestro proceso interno de desarrollo implica enfrentar nuestra herencia, familiar y cultural, para sublimar todo en un nuevo mundo, que nacerá de las cenizas del mundo antiguo.



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