miércoles, 30 de mayo de 2012

Los atributos mágicos de auto-referencia


La palabra crea” es una frase repetida constantemente en círculos ocultistas, frecuentemente, más repetida que entendida. También se repite constantemente el axioma hermético “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra 1.

Esto último ha sido confirmado por la ciencia hace mucho, se sabe que las moléculas vibran, sus enlaces lo hacen constantemente, incluso en el cero absoluto2, la más baja temperatura en el universo, existe vibración, todo este conocimiento se deriva de la física cuántica (tan burdamente usada para justificar todo durante los últimos años).

La vibración está presente en todo y caracteriza todo, la vibración de las moléculas ante la luz las caracteriza a un nivel de ser posible describir su propia estructura con solo saber como estas vibran. La ciencia mundana ha avanzado mucho en confirmar aquello que en los auténticos círculos de iniciados es un conocimiento inmemorial.

Todo sonido impregna un espacio, haciendo que las moléculas que conforman el aire oscilen armónicamente al propagarse este. Hasta aquí solo un fenómeno de mecánica de las ondas, pero hay más. Cada palabra dicha trae consigo un pensamiento asociado, una idea, que primero fue una imagen y un sentir y luego fue traducido en palabras que les representaran en mayor o menor medida.

Cada palabra evoca una imagen, con ello, también una energía, una fuerza subyacente a la capacidad de comunicarse. Los pensamientos también vibran.

Cuando nombramos algo, le vinculamos con un poder. Así entonces, cuando en la magia se usan nombres y lemas mágicos, estos se ven fuertemente vinculados a fuerzas, de ahí que la elección de estos sea un tema importante.


El nombre mágico


Usualmente en círculos de personas vinculadas a la magia, se entra en profusas discusiones en torno al nombre mágico, se buscan referentes mitológicos, numerológicos, alegóricos, etc., un sin fin de métodos para elegir “el correcto”.

El solo hecho de buscar y elegir un nombre mágico ya genera un conflicto. En la antigüedad (y aún hoy en tradiciones que custodian los secretos antiguos), el nombre mágico era entregado por el maestro3 al discípulo, era simplemente impensable que el alumno, por si solo, encontrara el adecuado, al desconocer las claves vibratorias y sentidos profundos de este, se veía limitado y por ende, su maestro, cuando era el tiempo adecuado, le entregaba uno.

Este nombre, podría llegar al maestro por más de una vía, siempre dependiendo de la conexión espiritual de este. Las dos más habituales eran, la inspiración directa de parte de este, que recibía de sus propios guías espirituales invisibles aquel nombre que otorgara las vibraciones más adecuadas para el desarrollo espiritual y mágico de este. La segunda era por mediación de sistemas prestablecidos, de un carácter oracular, secreto y propio de cada tradición, el cual otorgaba un nombre con las condiciones adecuadas, proveniente de las fuerzas invisibles custodias de dicha tradición.

Actualmente, las personas, en ausencia de un maestro que los regule y guíe debidamente, eligen por si mismas un nombre mágico, al hacerlo, usualmente, buscan como referente a un personaje de su admiración, una clase de energía que desean traer a su vida o cualquier elemento que sea compensatorio de aquello que se sienten más carentes. Similar como sucede en la búsqueda de la deidad tutelar, creyendo que los hombres eligen a los dioses, siendo que en verdad, los dioses eligen a los hombres para tomarlos bajo su tutela.

Aquellos que se sienten más indefensos ante el mundo, eligen una imagen de poder, pensando que les otorgará aquella fuerza que no ven en si mismos. Los carentes de místicismo y conexión espiritual, buscan justamente referentes mitológicos o folkloricos de seres espirituales, antiguos magos o hechiceras o dioses relacionados a la brujeria. Nada de esto pasa a ser más que una compensación y eventualmente, hallan que su nombre no les entrega lo adecuado, que no sienten aquello que buscaban en él... ¿Hora de cambiar de nombre mágico?...

El nombre mágico no representa a lo que queremos llegar, sino, lo que necesitamos aprender para llegar, no al destino que creemos debemos tener, sino al destino que nuestra alma reconoce, más allá de toda fantasía egóica. El nombre mágico entonces puede evocar una fuerza ante la cual, al afrontarla, la conciencia se abrirá a comprender aquello que necesita, aquel aspecto de si que requiere luz y equilibrio.

Aquel que ha recibido un nombre mágico de parte de su maestro, tiene una poderosa guía en él que puede ser profundamente meditada para sacar a la luz la propia esencia espiritual

Otro axioma hermético dice “El TODO es Mente; el universo es mental 4, lo cual, aplicado a este caso se ve en que aquel que elige un nombre mágico para compensar lo que le falta, solo evoca constantemente su carencia, alimentandola. Por otro lado, el nombre recibido de acuerdo a las costumbres antiguas, evoca aquello que llena sus carencias, aquello que lleva a la persona a su equilibrio.

Así entonces, toda discusión sobre si el nombre debe provenir de una imagen divina, si debe tener correspondencia numerologica, astrológica o elemental al momento de elegirlo se vuelve fátuo, no es la mente la que elige, dicha elección no existe, es el espíritu, el aspecto divino dentro de cada uno quien hace la elección y dicha elección, incluye y condiciona que una persona debidamente calificada haga entrega del nombre, no una elección de la mente, equivalente a quien va a comprar un cuadro y buca el que más le guste para decorar su habitación.

El indicador de que el nombre no debe ser elegido por la persona sino entregado por alguien debidamente capacitado es la constante discusión y ausencia de acuerdo en torno a como debe ser elegido, a que debe representar, a que se debe vincular, que condiciones debe cumplir, etc.

El ser humano separa todo para entenderlo, pero en su desequilibrio, en ausencia de armonía con la naturaleza, corta en exceso y donde no debe, separa, sobreanaliza5, si lo divino esta en la unidad, la mente humana se aleja de ella al tratar de cortar todo en infinitesimales segmentos, solo para saciar su avidez, pero sin llevar a aquello que el ser, en su conjunto necesita, la unidad y equilibrio con el universo.

Cabe mencionar que el nombre mágico se mantiene para una linea ocultista, solo en muy raras ocasiones y bajo determinadas condiciones este puede ser cambiado, siempre bajo la autorización o por instrucción de los guías espirituales de dicha linea.

Más que un debate en torno a como elegir un nombre mágico, es necesario el reconocer la necesidad de un guía preparado que lo entregue, no alguien que sepa más, sino alguien que tenga las condiciones espirituales, los derechos6 y formación adecuada para ello, en ausencia de tal, el nombre mágico no pasa a ser más que un pseudónimo sin trasfondo espiritual.

Por último, pero no menos importante es las precauciones ante su uso. El nombre mágico es un elemento de referencia, esa alma será reconocida por ese nombre, puesto que al recibirse, media la presentación de parte del maestro ante los espiritus tutelares (de ahí la necesidad que sea una persona con las condiciones adecuadas quien lo entregue), por ende, en los mundos sutiles la persona será reconocida por dicho nombre, algo de no menor importancia. Por lo mismo, un mago jamás revelará su nombre mágico a cualquier persona, menos aún haciéndolo público como muchos acostumbran, se tratará de algo que quedará solo en su círculo más intimo y espiritual de personas.

Una de las razones de este secreto ante el nombre mágico, es que, al ser reconocido por ese nombre en los mundos sutiles, una parte de su poder esta enlazado a él, haciéndolo además blanco eventual de cualquier ataque, al ser identificado por los seres de ese modo. Si el nombre ha sido proferido, pero ninguna entidad tutelar lo reconoce como alguien bajo su custodia (cosa que elige la entidad, independiente que la persona se considere a si misma bajo su tutela), entonces la persona estará indenfensa ante lo que llegue, es equivalente a darle un GPS que marque su ubicación a cualquiera que le desee dañar. Solo personas con gran habilidad y poder pueden darse el lujo de exponer su nombre mágico sin mediar inconvenientes.


El lema mágico


Un elemento menos conocido y usado es el lema mágico. Al igual que el nombre, representa parte de la identidad mágica, pero a diferencia de él, este puede ser elegido según los anhelos particulares y puede, eventualmente, ser cambiado.

El lema representa aquello que el mago desea lograr, como se ve a si mismo y como se desea ver en su avance. Por esto, puede ser cambiado eventualmente a lo largo de la vida, al cambiar las aspiraciones individuales.

El lema mágico, puede ser en el idioma natal del mago o en otro que este prefiera, en su elección, puede dar rienda suelta a su creatividad, apoyándose en conocimientos históricos, folklóricos, astrológicos, etc.

El lema mágico, debe, una vez elegido, ser presentado ante las entidades espirituales con que se trabaja, según mande la linea a la que se pertenezca, así entonces, este lema será un llamado a estas fuerzas para trabajar en pos de una causa, a hacerse presentes.

Otra diferencia al nombre mágico, es que el lema, si bien es privado y personal, puede ser conocido por otras personas, sin que haya mayores inconvenientes, debido a que la fuerza que este convoca, se vincula netamente a quien ha realizado las debidas presentaciones, convenios, pactos o lo que respecte a su linea (o sea, cuyo nombre mágico ya es reconocido oficialmente por los espiritus tutelares), por ello, nadie más, aunque haga uso de él, puede acceder al poder que este evoca por solo repetirlo.

Nombre y lema son dos elementos angulares en la formación del practicamente de magia, por ello, no deben ser tomados a la ligera. Como ante todo, el sentido común dicta una máxima ineludible “ante la duda, abstente”.





1Tercer principio hermético

2Dicha temperatura corresponde al 0 K, lo que es -273,15 °C
3Cabe hacer aquí una aclaración de carácter fundamental. Solo el maestro interno, el propio espiritu es incuestionable y jamás se equivoca, pero, hasta que la persona alcance la comunión con este, la presencia de un maestro físico es de crucial importancia para que el crecimiento se de conforme a las bases espirituales.
4Primer principio hermético
5La palabra análisis de hecho significa cortar en partes, descomponer
6Es decir, las iniciaciones del grado necesario para conceder esto