domingo, 15 de noviembre de 2015

El método en la magia

Existen muchas formas de abordar la magia, algunos caminos van desde lo externo a lo interno, otros de lo interno a lo externo, dependiendo del paradigma en el cual trabajen. Así también hay magia sin un camino, lo que no es más que un conjunto de recetas y técnicas sin una filosofía.

Cada cual toma el camino que le parece mejor y asume los costos de este.

Para quien va de lo externo a lo interno implica rodearse de un contexto mágico, obtener los objetos y herramientas necesarias, practicar por largo tiempo para ver un patrón claro y que ese patrón comience a despertar a sus propias fuerzas internas, es decir, que lo externo se vuelva interno. Este es el camino de los magos ceremoniales.

Los que van de lo interno a lo externo, buscan la perfección de su pensamiento y emociones, la conexión con su ser interno a niveles profundos de modo que esto, eventualmente se manifiesta en que la realidad interna refleja en la externa su grandiosidad. Este es el camino del místico.

Existen quienes solo se encargan de aprender métodos, usan herramientas determinadas, rituales específicos, obtienen poderes, no obstante no avanzan más que en atiborrarse de cosas, tienen un recetario y un arsenal, pero no evolucionan como personas. Este es el camino de muchos hechiceros y brujos, no poseen un poder verdadero más allá que el prestado por sus herramientas y los espíritus a quienes sirven o de los que creen servirse. no obstante, en ausencia de estos son inermes.

Existe un camino intermedio entre el mago ceremonial y el místico, trabajando a la par ambos aspectos para poder desarrollar un poder interior tal que permita que la magia actúe. Primero conociendo lo fundamental en uno mismo, luego relacionando eso con el exterior, hasta alcanzar un balance suficiente para sustentar los cambios. Si la vida es un río, debemos primero saber como mantenernos a flote, antes que nadar, pero más aún, debemos aprender a no luchar contra él, no ir contra la corriente sino dejarnos llevar al océano, al estado de integración total con la naturaleza.

Lo principal para el camino de la magia, más allá de que camino se tome, es la autobservación y sobre todo la honestidad, sin ellas, nos quedaremos entrampados en las fantasías del ego, detenidos ante las puertas del templo sin la capacidad de ingresar en él, puesto que la multitud de fantasmas de nuestra mente nos impide el paso, así, el guardián del umbral nos negará el paso por no estar capacitados para ello, pues quien no se puede ver a si mismo no es capaz de ver las bellezas del universo.

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