jueves, 18 de febrero de 2010

Los ciclos naturales, Parte 1

Existen, en nuestra naturaleza ciclos que son fácilmente observables, basta solamente poner algo de atención y vamos descubriendo como los seres vivos se guían por ellos, así hicieron nuestros antepasados en épocas remotas y su comprensión les dió un poder tal que les permitió avanzar en el desarrollo de sus civilizaciones.


Es ampliamente sabido, que en el antiguo Egipto se observaban los ciclos de crecida del Nilo, que daban la base para la agricultura y que en torno a este se forjó una de las mayores civilizaciones de las que tiene registros históricos la humanidad. La naturaleza, nuestro planeta por entero, se rige de acuerdo a patrones, cada vez que el hombre ha logrado descorrer el velo del misterio y ha entrado en comprensión de estos ha dado un paso en la evolución de su conciencia, ya que entender la naturaleza es entenderse a si mismo.


Para el hombre primitivo, sumergido en un mundo salvaje, lleno de criaturas mucho mejor equipadas que él para defenderse y alimentarse, observar los fenómenos de la naturaleza era un constante de venir de fenómenos maravillosos, aterradores y caóticos, bastaría hacer memoria a nuestra propia infancia para recordar la primera vez que vimos un rayo y escuchamos un trueno, la mezcla de fascinación ante su belleza, temor, ansiedad, proyectemos esto a un ser primitivo, donde todo era desconocido en su origen y funcionamiento.


Como primera medida para entender la naturaleza, el hombre supuso que estaría regido espiritus de naturaleza ignota que eran los regentes de los fenómenos que le rodeaban y sorprendían, estos, según sus caprichos moverían las fuerzas naturales y por ende, era bueno tener su favor si se quería sobrevivir, así parten los cultos animistas más primitivos.


Con el paso generaciones, los hombres fueron viendo que durante largos periodos se cumplía un ciclo, según cambiaba el clima de cálido a frío en forma regular, entendieron que había estaciones y que deberían aprovechar esta variación para aprovisionarse cuando la naturaleza diera sus frutos y resguardarse cuando vinieran las épocas crudas. El hombre avanzó paulatinamente de una vida nómade, errando en busca de alimentos a una vida sedentaria, la comprensión de los ciclos anuales les permitió con el paso del tiempo desarrollar la agricultura, sembrando en la epoca correcta, cosechando cuando el fruto estuviera maduro, conservando para la estación fría.


El Sol, brillante ser de las alturas, un espiritu, un dios distante regía la vida de los antiguos, cuando sus rayos eran más intensos llenaba la Tierra de vida, cuando menguaban, venia el invierno y la necesidad de retraerse en torno a una hoguera a espera que volviera a brillar con fuerza.

1 comentario:

  1. Y el Sol fue considerado Dios.
    Una constante en todos los cultos, en todos los continentes, el astro rey.

    Me ha gustado su artículo, estoy deseando leer la continuación.
    1Saludo;

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